Soñar es algo que suelo hacer demasiado amenudo, sueño hasta despierta y es algo que me encanta, porque es lo único que verdaderamente te hace evadirte del mundo, de los problemas y te hace sentir en una nube de algodón de azúcar.
Sueños... son tan variados y lo mejor es que tú eliges como acaban las cosas. Si no te gusta el príncipe simplemente lo cambias, que no te gusta el vestido lo cambias, en los sueños siempre tienes lo que tu deseas y como lo deseas. Aunque como bien sabemos, cuando sale el sol, dejamos el mundo de los sueños y volvemos a la realidad, una realidad que no es tan pintoresca como ese mundo de sueños, en los que los padres te exigen en ocasiones demasiado, en el que tienes una pesada hermana/o pequeño (que son los más folloneros), en el que hay problemas y problemas, y en el que un día gris te anula por completo.
Leí una vez que imaginar es querer y querer es poder, a fin de cuenta ¿Qué son los sueños sino el producto de nuestra imaginación? Yo solo os digo que soñés, aunque tampoco en exceso, porque, si bien, los sueños, sueños son y a pesar de que, la mayoría de las veces la ficción supera la realidad, los mejores momentos, son aquellos en los que la realidad supera la ficción.