Estaba enamorada, era esa edad en la que nada me dolía, todo me parecía bien y estaba de acuerdo con todo, aunque tuviera miedo a volar alto y poder caer muy bajo, lo negaba, negaba los errores que había cometido y vivía como una cometa volando por los aires, la que nunca se chocaba con ninguna nube. Era esa edad en la que me creía pájaro volando alrededor de toda la ciudad, no me arrepentía de ninguna locura de las mías, de las que había hecho mientras planeaba las que me quedaban por hacer. No sabía que mi destino estaba sobre la mesa, escrito con pluma sobre un libro de mil quinientas páginas, no sabía que estaban escritos en las estrellas mis deseos que podía haber hecho realidad, no tenía ni idea de la vida, pero me daba igual; lo único que quería era disfrutarla cometiendo los mayores errores que el ser humano puede llegar a cometer.