La vida es complicada. Sí, te lo habrán dicho miles de veces y te lo habrán vuelto a repetir quinientas más, pero es la pura y cruda realidad. En estos 16 años que llevo en esta vida, en este mundo, me he dado cuenta que hay cosas por las que vale la pena luchar, y otras, inalcanzables a las que no tienes que hacer ni un mínimo caso, ya que por lo que vale la pena luchar a veces son cosas inexistentes, a veces no se pueden ver con la mirada (tal vez seamos nosotros los que no vemos en ciertos momentos que deberían ser importantes). Por otra parte, hay gente que ya ha nacido con una barra de pan bajo el brazo, y tiene que realizar poco esfuerzo para conseguir lo que quiere; es como un videojuego, pulsas a un botón y todo lo que te propongas se va a hacer realidad, pero yo no soy una de estas personas ni quiero serlo, ya que prefiero trabajarme las cosas día a día con cierto esfuerzo. 

Prefiero apostar y perder que no jugar 
mis cartas y no ganar nada.